Trabajo sella un acuerdo con los sindicatos CCOO y UGT para reducir la jornada laboral a 37,5 horas en 2025

El acuerdo con los sindicatos llega apenas un mes después de que Trabajo diera por cerrada la mesa de negociación al constatar que la patronal CEOE no tenía intención de aceptar la medida. Durante el proceso, el departamento de Díaz fue lanzando propuestas para intentar atraer a los empresarios, que finalmente se han caído de la norma. Se llegaron a plantear medidas de flexibilidad en su aplicación, más margen en el límite de distribución irregular de la jornada e incluso subvenciones a las pymes, el sector empresarial más potencialmente afectado por el recorte horario. Nada de esto formará parte del texto definitivo, como ya avanzó Trabajo en la última sesión de las negociaciones.

Destino incierto y choque con Economía

Pese al acuerdo alcanzado con los sindicatos, la reducción de jornada está todavía lejos de ser una realidad. Y tampoco está claro que si finalmente sucede se vaya a plasmar en los términos que han acordado Trabajo, UGT y CCOO. El texto se enfrentará a partir de ahora a un incierto trámite parlamentario en el que necesita el visto bueno de los seis socios de investidura del Gobierno. 

Esto todavía no está ni mucho menos garantizado, dado que Junts —alineado con la patronal catalana Foment del Treball— se sigue oponiendo a aceptar una reducción de jornada. El resto de formaciones políticas están a favor (incluido el PNV), pero el contenido del acuerdo puede perfectamente sufrir modificaciones a través de enmiendas en el trámite parlamentario. Una alternativa podría ser la abstención del PP, que también ha planteado su propia propuesta para reducir la jornada, pero no parece factible en estos momentos.

Más allá del intríngulis parlamentario, el texto que presentan hoy Trabajo y sindicatos tampoco tiene el visto bueno explícito del Ministerio de Economía. El departamento que dirige Carlos Cuerpo ha irrumpido esta semana en el debate sobre la reducción de jornada pidiendo calma, acompañamiento a las empresas, medidas personalizadas para pymes y enfriando los plazos que se ha fijado la vicepresidenta. 

Al igual que en los tiempos en que Nadia Calviño estaba la frente de Economía, los dos departamentos han vuelto a chocar, como ya sucediera con la reforma laboral, el salario mínimo o la reforma de los subsidios. El jueves, Yolanda Díaz fue muy dura con su homólogo en Economía, Carlos Cuerpo, al que acusó de estar incumpliendo el acuerdo de investidura entre PSOE y Sumar, de alinearse con los intereses de la patronal y consideró «muy grave» la intromisión de Economía en el debate. La firma del acuerdo que se rubrica hoy supone un paso más en el tortuoso proceso para reducir la jornada laboral, pero está todavía lejos de ser el último.