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todaydiciembre 31, 2024
Una diputada de la CDU señalaba hace unos días que “si tose Volkswagen, Alemania enferma de gripe”, un símil que desde la perspectiva de la economía vasca permite otra derivada: si el país germano enferma, la industria vasca tiene muchas posibilidades de terminar contagiada. La dependencia de la economía del País Vasco con respecto a Francia, que también vive una complicada situación política y económica, y Alemania, socios que concentran el 30% de las exportaciones vascas, es muy elevada y, aunque existen algunos indicadores positivos, “la ralentización de la economía europea se está notando en las empresas vascas, especialmente en el sector de la automoción y en el de la máquina herramienta”, según reconoce Andoitz Korta, viceconsejero de Promoción Industrial del Gobierno Vasco.
En este momento, existe un temor fundamental en el ámbito industrial vasco y, en particular, en el sector de la automoción: ¿terminará trasladándose al País Vasco la crisis de la industria alemana que está llevando a cerrar fábricas y multiplicar los despidos? El miedo es fundado, por la citada dependencia de los socios europeos y porque la industria continúa siendo un pilar fundamental de la economía vasca, con un impacto nada desdeñable en el PIB industrial del conjunto de España.
Un estudio de EiTB Data publicado hace unos días recogía que la industria representa el 23,9% del PIB vasco, casi ocho puntos más que el ratio medio en España, y señalaba que entre Euskadi y Navarra aportan el 11,9% del PIB industrial del Estado. Ahí, la automoción vasconavarra tiene un peso fundamental, con empresas como Mercedes-Benz y Volkswagen, pero también Irizar, TRW Automotive, Gestamp, Cie Automotive, Irizar o ZF Aftermarket.
“Las empresas vascas están teniendo que gestionar esta situación adaptando sus procesos y recursos con gran flexibilidad. Esto incluye renegociar contratos para ajustar precios y asegurar la rentabilidad en el corto plazo, mientras se enfocan en estrategias más sólidas a medio y largo plazo basadas en la innovación y en alianzas estratégicas”, explica Andoitz Korta.
De momento, las exportaciones vascas en los tres primeros trimestres del año han caído un 5%, con un incremento de un 2,9% en el caso de las ventas a Francia y una caída del 16,6% en el caso de las ventas a Alemania, que se mantiene, pese a todo, como segundo destino. De cara al 2025, se plantea un escenario “complejo” en el ámbito de la automoción, “con volúmenes más bajos que los niveles prepandemia y un contexto marcado por la incertidumbre”, señalan desde el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco.
En este punto, las empresas de Euskadi temen que la situación en Alemania pueda empeorar como consecuencia de cambios arancelarios introducidos por la nueva Administración estadounidense. “Su economía, orientada a la exportación y a su gran superávit comercial con EE.UU., la hace especialmente vulnerable, La exposición de Francia es mucho menor, aunque también se podría ver afectada”, explica el viceconsejero, que destaca cómo “los principales actores de la cadena de valor han apostado en los últimos meses por invertir en Asia”.
Además, desde el Gobierno vasco, aprecian varios factores de incertidumbre específicos del ámbito de la automoción: “Los desafíos asociados con el cumplimiento de las normativas de eficiencia media de combustible ejercerán una considerable presión a la baja sobre los niveles de producción. Además, las restricciones a las exportaciones impactarán negativamente. En tercer lugar, el aumento significativo en las importaciones de vehículos eléctricos desde China, pese a la imposición de nuevos aranceles, agravará la situación”.
Andoitz Korta, en todo caso, destaca un reto por encima del resto, tanto para la automoción vasca como para la europea: “Adaptarse a los nuevos requerimientos del vehículo CASE (conectado, autónomo, compartido y eléctrico). El problema fundamental ha sido la incertidumbre que se ha generado alrededor del vehículo eléctrico y la falta de un impulso decidido, similar al realizado en otras regiones. Esta incertidumbre ha provocado una falta de inversiones por parte de las empresas a la espera de una mayor certeza”.
Las empresas vascas están mostrando una “gran resiliencia”, en opinión de Korta, y, en general, la economía de Euskadi “viene creciendo de forma robusta”, si bien la crisis industrial europea plantea también la necesidad de “encontrar nuevos mercados”. “Es obvio que el crecimiento y el comercio están pivotando hacia los llamados países emergentes, liderados por Asia. Es ahí donde las empresas vascas pueden encontrar nuevos mercados que les ayuden a compensar esa potencial caída en Europa”, concluye.
Escrito por Mozoilo Irratia
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