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En 2011, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, decidió dar un vuelco en su ceremonia. Por lo que escogió a los actores James Franco y Anne Hathaway para que presentaran juntos la noche de premios. Se trataba de una iniciativa que buscaba mezclar en un mismo escenario, a una nueva generación de estrellas con la habitual rutina cómica de la importante noche. En apariencia, algo que ambos actores encarnaban a cabalidad. Fue uno de los fiascos más sonados de los premios.
Ya fuera por problemas de comunicación entre los equipos de ambos — que los hubo — o simple antipatía entre Franco y Hatthaway. Lo cierto es que la noche todavía se recuerda como una de las peores en la historia del Oscar. Por un lado, ambas figuras se enzarzaron en rutinas cómicas sin la menor gracia y mucho menos, hacer el menor intento por disimular su incomodidad. A medida que avanzaba la noche, todo se volvió un poco peor. La actriz parecía cansada, tensa y muy poco dispuesta a celebrar la gran noche de Hollywood. Al otro extremo, su contraparte, estaba más interesado en ser gracioso a costa de sus errores. Una combinación disparatada que convirtió a la edición 83 de la entrega de la estatuilla en una ocasión vergonzosa para la organización.
Claro está, esta no es la única vez que una pésima decisión, equivocaciones colosales o errores de juicio, engrosas las listas de los fiascos de la cultura pop. Estos son los cinco fiascos del cine y la televisión que hicieron historia. De una decisión que casi arruina a una exitosa franquicia cinematográfica hasta un gazapo que terminó en un momento caótico. Todo para reflexionar sobre el lado más desordenado — y divertido, todo hay que decirlo — del mundo del espectáculo actual.
La apariencia de la hija de Bella (Kristen Stewart) y Edward (Robert Pattinson) es un momento delirante de la cultura pop. Lo que incluyó un diseño visual deficiente y quizás, la peor adaptación de un giro literario que se recuerde. Todo, en medio del intento de mostrar toda la rareza de la bebé — en la ficción original, un híbrido entre vampiro y un ser humano — e importancia a futuro.
Crepúsculo: Amanecer — Parte 2 (2012), debía profundizar el tramo final de la saga. Para entonces, Bella y Edward estaban casados y habían engendrado a su hija. En el libro, la pequeña Renesmee Cullen, no era normal, sino que tenía un ritmo de crecimiento y madurez extraordinario. Para llevar al cine esa característica— que, además, conectaba al personaje con el punto más importante del relato — se consideraron varias opciones. Y todas dieron como resultado un pequeño desastre.
La que finalmente llegó a la edición final de la película, continúa desconcertante aún en la actualidad. En la secuencia, Rosalie (Nikki Reed), sostiene al bebé para ponerla en brazos de Bella y la cámara enfoca a la recién nacida. Se trata de una imagen CGI que intenta que el rostro de la niña tenga la expresión de un adulto. De modo que Renesmee generada digitalmente, no solo se ve irreal y torpe, sino que además, un poco espeluznante. A tal grado, que buena parte de las críticas de la película, se enfocaron en el error y dejaron a un lado cualquier consideración acerca del cierre de la franquicia.
Como si la original no fue lo suficientemente mediocre, la edición aniversario en Blu-ray de la franquicia Crepúsculo, muestra otra versión de Renesmee. Se trataba de una muñeca animatrónica, que combinaba el cuerpo de un bebé con el rostro de una niña un poco mayor. El resultado era más parecido a Chucky que a cualquier otra cosa. De hecho, el mismo creador Wyck Godfrey, admitió en una entrevista que era una de sus peores obras.
El proyecto de utilizar el artefacto llegó tan lejos como para probar unas cuantas tomas, que son las que se añaden al contenido aniversario. Pero el resultado fue tan pobre, que por último, se tomó la decisión de crear al bebé de manera digital.
Se podría decir que el 27 de marzo de 2022, la ceremonia del Oscar atravesó un hito que la cambió de manera sustancial y quizás para siempre. Durante el evento Will Smith, favorito para lograr la estatuilla de mejor actor, se puso en pie en mitad de la intervención del comediante Chris Rock y lo golpeó en el rostro. Eso, luego de que Rock bromeara acerca de la apariencia de la esposa del actor Jada Pinkett Smith, aquejada de alopecia.
Se trató de un suceso tan sorpresivo como vergonzoso. De hecho, durante breves minutos, nadie supo cómo afrontar lo ocurrido y, hasta se creyó, era parte de la rutina del humorista. Rock, a cargo de presentar la categoría a mejor documental, bromeaba sobre los presentes. La tensión en el escenario aumentó cuando señaló la calvicie de la actriz. Un hecho notorio que la actriz afrontó por meses desde sus redes sociales. Por lo que el juego de palabras del comediante, pareció de mal gusto, cuando no insensible.
Luego de unos minutos de silencio, Smith se puso en pie y antes que el equipo de gestión de crisis de la ceremonia pudiera detener al intérprete, golpeó a Rock. Todo el suceso — que se transmitía en vivo a nivel mundial — dejó desconcertado al público presente, además de a la audiencia online y televisiva. Por último, el actor se sentó de nuevo, en medio de un tenso silencio que precedió a un corte a negro.
Posteriormente, Will Smith ganó el Oscar a mejor actor por su actuación en El método Williams e intentó disculparse por lo ocurrido. Pero a pesar de sus palabras, de inmediato fue obvio que el actor — considerado hasta entonces una de las celebridades más queridas de Hollywood — había caído en desgracia. A su breve y sin duda improvisado discurso, siguió un incómodo silencio, que mostró los rostros tensos de buena parte de los presentes.
El 29 de julio, Will Smith publicó un video en sus redes sociales disculpándose por el incidente y anunciando que renunciaba como miembro de la Academia. No obstante, poco después fue vetado de la ceremonia de los Oscar por diez años, aunque sigue siendo elegible para obtener la estatuilla. De inmediato, varios de los proyectos cinematográficos en que el actor se encontraba involucrado se suspendieron, o directamente, fueron cancelados. En la actualidad, el actor tiene un perfil discreto e intenta recuperar el brillo de su carrera.
Esta película de Tom Hooper, tiene el raro honor de ser considerada, casi de manera unánime, la peor de los últimos treinta años. Lo que comenzó como el proyecto de adaptar el musical homónimo de Andrew Lloyd Webber, terminó en un descalabro en todos los niveles. De una puesta en escena demencial — que incluía escenarios y personajes en un mediocre CGI — hasta un pobre apartado musical. La película se convirtió en un conjunto de malas decisiones, que van desde ridiculizar a la obra original, hasta carecer por completo de lógica en su guion.
En realidad, la cinta no cuenta gran cosa, más allá de una recopilación de los mejores temas de la aclamada obra de Broadway. Pero su versión para cine resultó una mezcla entre arreglos pop, con algunas melodías inéditas para la adaptación. Más deficiente aún resultó su apartado visual, que utilizó efectos digitales para convertir a sus personajes en gatos con apariencia antropomórfica. De la apariencia irregular de las figuras felinas, hasta decorados que perdían color a medida que avanzaba la trama. La cinta era un festival multicolor de ínfima calidad.
Todo lo anterior, sepultó las actuaciones de un elenco de estrellas encabezado por Judi Dench, Ian McKellen, Idris Elba y hasta Taylor Swift y Jennifer Hudson. Los absurdos personajes que interpretaban pasaban más tiempo cantando sin orden ni sentido, que aportando algo a la endeble trama. Hooper, también tuvo problemas para filmar las coreografías, la mayoría grabadas de manera lineal y sin el mínimo atractivo.
A lo que habría que añadir una mezcla de sonido que convertía las interpretaciones en una cacofonía absurda. Convertida en un fracaso de taquilla que apenas recaudó $75 millones de dólares — con una inversión de 100 — la cinta encabeza la lista de los errores cinematográficos más memorables.
El 19 de noviembre de 2021, Netflix estrenó la primera temporada de la adaptación del icónico animé Cowboy Bebop. La producción, precedida por una campaña publicitaria que mostraba su parecido con el original, parecía tener todo de su parte para triunfar. De una banda sonora supervisada por Shinichirō Watanabe — director del legendario anime — a la promesa del equipo de guionistas formado por André Nemec y Jeff Pinkner, de respetar la obra original. La serie se perfilaba como un interesante experimento visual, que además, presentaría a una nueva generación una obra fundamental de la ciencia ficción animada.
Pero, Cowboy Bebop decepcionó a todos los niveles. Por un lado, la trama fue incapaz de mantener la personalidad, profundidad y matices del icónico animé. Eso, al transformar su complicado argumento en una aventura con humor negro, que a la peculiar visión noir de la original. Mucho más, cuando carecía de las capas y dimensiones, de una historia que se hizo famosa por lograr combinar en un mismo escenario drama, existencialismo y acción.
Mucho peor resultó, el apartado visual. A pesar de la colaboración de Shinichirō Watanabe como consultor creativo, la serie fue incapaz de profundizar en la marcada personalidad del material. Un conjunto de fallos que convirtieron a un relato esencial para comprender a la animación actual, en una serie genérica. Con 46% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes, se enfrentó también a la indiferencia del público. Para sorpresa de nadie, el 9 de diciembre de 2021 Netflix anunció la cancelación del proyecto.
Desde 1929, la entrega de los premios Oscar se ha convertido en el evento más importante del cine. Por lo que ocurrió en la 89.ª edición, el 26 de febrero de 2017, pasó a la historia como uno de los momentos más caóticos de la ceremonia. Eso, cuando los presentadores Warren Beatty y Faye Dunaway, equivocaron el nombre de la película ganadora como mejor del año. Todo, en vivo y en medio de una confusión inverosímil que convirtió al momento más importante de la premiación, en una vergonzosa serie de equívocos.
Eso, cuando la pareja anunció a La La Land de Damien Chazelle como la cinta más relevante del año. Pero en realidad, y por motivos poco claros, se trató de un gravísimo e inesperado error. La verdadera triunfadora resultó ser Luz de Luna de Barry Jenkins, algo que provocó un escándalo seguido en directo por los millones de espectadores del espectáculo.
Luego que Dunaway pronunciara el nombre de la película, se desató el caos. Dos representantes de la firma de auditores PricewaterhouseCoopers (PwC) — encargados de auditar los votos — subieron al escenario para enmendar el error. Al mismo tiempo, Warren Beatty mostraba la tarjeta que tenía entre las manos y trataba de explicar lo sucedido. En medio del revuelo, los productores y actores de ambas películas, se esforzaban por entender lo que ocurría. Finalmente, uno de los auditores leyó el nombre correcto en cámara, cerrando de manera abrupta la situación. Para la historia de las debacles del mundo del espectáculo.
Escrito por Mozoilo Irratia
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