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Las historias navideñas más singulares

todaydiciembre 25, 2024

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El 24 de noviembre de 1957 se publicó el cuento para niños, ¡Cómo El Grinch robó la Navidad!, de Doctor Seuss (Theodor Seuss Geisel). Como otras tantas historias que celebran las fechas más queridas del año, giraba alrededor de un personaje que se redimía durante la Navidad. Pero antes, se ocupaba de dejar bien claro cuanto odiaba la festividad. Por lo que terminaba robando los adornos y cenas que adornaban las casas del pueblo vecino al lugar en que se encontraba su guarida. 

Claro está, una trama semejante solo puede terminar con el protagonista descubriendo el verdadero sentido de la celebración. Para después, aceptar que su odio provenía de la soledad y no comprender el verdadero valor de la solidaridad y el afecto. Un giro de los acontecimientos que convirtió al malhumorado Grinch en símbolo de los que no especialmente afines con las fechas navideñas. Pero, como dato curioso, el autor se inspiró en una docena de criaturas distintas asociadas a la Navidad. De duendes alemanes hasta ogros irlandeses. Todas con un punto en común: dar una perspectiva curiosa — y a veces escalofriante — acerca de una de las épocas más inocentes del año.

Si te agradan los relatos parecidos, te dejamos siete de las historias navideñas más singulares. De una bruja que atraviesa el cielo en pleno invierno, hasta un siniestro compañero de Santa Claus. Una colección peculiar, que permite explorar en el lado menos conocido e incluso tenebroso, de las fiestas más importantes para una multitud de países y culturas. 

La Befana, un cuento navideño que salió mal

Por curioso que parezca, Italia tiene su propia versión de los Reyes Magos. O, al menos, lo más cercano a la idea. Se trata de la Befana, una bruja amable que, según la región del país, visita a los niños más pequeños, ya sea en víspera de Navidad o directamente, durante la epifanía del 6 enero. Cualquiera que sea la fecha, el personaje lleva dulces y pequeños regalos a los niños afortunados. 

Ahora bien, su origen es más antiguo y curioso, que la de solo ser capaz de repartir obsequios. La primera referencia de la bruja, se remonta al medioevo, en la que castigaba a los niños. Siempre, debido a que, según la tradición, podía saber quién había sido malo o bueno. Eso, gracias a que, siendo todavía muy joven, había alojado en su casa a los Reyes Magos, eso mientras el trío de divinas figuras, iba en camino para conocer al bebé Jesús. 

La bruja les recibió en su casa y llenó sus alforjas de caramelos. Pero cuando le pidieron que les acompañara para venerar al pequeño niño, ella se negó. Solo para después comprender, que se trataba del hijo de Dios. Por lo que salió en la búsqueda de los reyes, para unirse, ahora sí a su comitiva. Pero jamás les encontró y terminó condenada por su falta de humildad, a vagar por el mundo, repartiendo caramelos a los niños. Eso, además de tener la habilidad, de saber cuándo cualquiera había sido bueno o malo. 

Escrito por Mozoilo Irratia

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