El PP dinamita cualquier acuerdo a corto y medio plazo con el PNV

La tesis del portavoz popular, Borja Sémper, sobre la necesidad de intensificar la interlocución con el PNV para llegar a acuerdos y laminar la mayoría del Gobierno de Pedro Sánchez ha encallado en cuestión de días.

La tirante relación de populares y jeltzales se ha vuelto imposible tras las duras críticas del PP a la devolución a los nacionalistas vascos de la sede en París del gobierno vasco en el exilio, un posicionamiento elocuente de un cambio de estrategia. Los pocos puentes que quedaban han sido dinamitados, y las posturas son ya irreconciliables en el corto plazo.

La estrategia propugnada por Sémper, expresada como una suerte de propósito para el año nuevo, parece hoy antediluviana. “En el 2025 queremos lograr medidas sectoriales frente al Gobierno y para eso necesitamos apoyos. Es más útil llegar a acuerdos que estar en una esquina arrinconados”, proponía. En una entrevista en El Diario Vasco iba un paso más allá y señalaba que “no tendría problema en darle un ministerio a alguien del PNV que fuera técnicamente muy bueno”.

La reanudación de la actividad en el Congreso de los Diputados ha sido suficiente para mostrar, más que un error de cálculo, la derrota de las tesis partidarias de una aproximación paulatina al PNV que pudiera abrir nuevas alianzas a futuro. La devolución del palacete de la avenida Mar­ceau de París ha propiciado el pretexto, y el portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, ha sido el encargado de desplegar la estrategia que se ha terminado imponiendo.

Los de Feijóo entierran la vía de acercamiento a los jeltzales, defendida por Sémper

“El PNV se ha convertido en el partido aprovechategui para hacer caja. Habíamos visto a Sánchez ganar votos regalando leyes a medida, pero ha pasado a regalar patrimonio público. Aitor Esteban no quería un tractor, quería un palacete en París. Y Sánchez se lo ha dado”, señaló en la red X.

Las declaraciones no podían haber molestado más en el PNV. De un lado, porque se trata de un tema sensible: la recuperación, gracias a la ley de Memoria Democrática, de un edificio muy vinculado al ámbito sentimental del partido y usurpado hasta en dos ocasiones por la Gestapo y el Gobierno franquista. De otro, porque el nivel de la descalificación ha descolocado a los diputados jeltzales en Madrid.

En las filas del PNV entienden que hay un punto de “torpeza” vinculado al rol que desempeña en el Congreso el propio Tellado, a quien Aitor Esteban ha llamado “torpe” y “maleducado”. En todo caso, consideran que las críticas y el tono en torno a la devolución del edificio van más allá y obedecen a un cambio a nivel estratégico. En este punto, recuerdan que el partido en su conjunto, con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, ha entrado en estos ataques y ha llegado a hablar de un posible caso de “financiación irregular”. “El PNV es un satélite más de Sánchez”, señalaba estos días el líder del PP.

Los populares están convencidos de que los nacionalistas vascos, ajenos a los escarceos entre el PP y Junts, no virarán en su política de alianzas. Y la vía Sémper para el 2025 ha quedado enterrada antes de que concluya el primer mes del año. A pocas semanas de que Feijóo cumpla su tercer aniversario al frente del partido, las relaciones con el PNV vuelven al mismo punto en que las encontró, muy lejos de las expectativas que generó en este aspecto su llegada para sustituir a Pablo Casado.

Tellado ha sido el encargado de golpear con un tema sensible: la sede del gobierno vasco en París

En las filas jeltzales intuyen que la nueva estrategia del PP mira también a unas posibles elecciones generales en las que aspirarían a recuperar el pulso perdido en el País Vasco, donde llegaron a obtener siete diputados en el 2024 atrayendo a votantes descontentos con el apoyo del PNV a Pedro Sánchez. “Es no tener ni idea de cómo funciona la ciudadanía vasca”, señalaba Aitor Esteban al respecto.

Mientras, el lehendakari, Imanol Pradales, lamentaba en su visita a Foros de Vanguardia la “ayusización” del PP y su alejamiento de “futuras ententes que se podrían dar”. El líder del Gobierno vasco, no obstante, también ofrecía la probable clave de este cambio de rumbo: “El PNV nunca va a participar mientras en la ecuación de cualquier fórmula esté Vox”. Los populares parecen haber asumido definitivamente esta máxima de los nacionalistas vascos y también que el juego de mayorías difícilmente será posible sin los de Santiago Abascal. En consecuencia, los jeltzales pasan a ser prescindibles en el corto plazo.

Los jeltzales reconocen el legado de Urkullu

Iñigo Urkullu, lehendakari en el periodo 2012-2024, recibió ayer uno de los premios que la Fundación Sabino Arana, dependiente del PNV, entrega anualmente a personas y agentes de la sociedad vasca. Este reconocimiento había generado expectación, ya que la formación jeltzale no gestionó con tino el relevo de Urkullu, sustituido de manera abrupta como candidato por Imanol Pradales en noviembre de 2023, de cara a los comicios del pasado año. La decisión fue adoptada por el EBB, la ejecutiva del PNV, ahora en pleno proceso de renovación, alegando la necesidad de un relevo generacional. En su discurso, Urkullu ha evitado polémicas, como era de esperar por su carácter prudente y de hombre de partido, aunque ha recordado que recibió por parte de la sociedad vasca “un depósito de confianza que crecía legislatura tras legislatura”.