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Familias de Gipuzkoa dan con la vía para retrasar la edad del primer smartphone

todayenero 13, 2025

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Varios miles de familias vascas, alrededor de 20.000 agrupadas en torno al colectivo Altxa Burua (levanta la cabeza), se están convirtiendo en punta de lanza en la lucha por la concienciación en torno a los peligros de un uso descontrolado de los móviles y las redes sociales a edades tempranas. En Gipuzkoa, el territorio más dinámico en este sentido, los resultados comienzan a ser significativos. Valgan como muestra los datos de un centro escolar de Zarautz: en solo tres años se ha pasado de un 100% de alumnos de 2º de ESO con smartphone a únicamente un 16%.

En un curso menos, entre alumnos de 12 y 13 años, se ha pasado de un 98% de alumnos con teléfono inteligente en el año 2021 a apenas un 5%. Los resultados se repiten, con datos similares, en otros localidades guipuzcoanas y, en menor medida, del conjunto del País Vasco. Y este movimiento comienza a coger fuerza en la medida en que se difunde la información alrededor de los peligros de un uso temprano de los móviles, tanto por las consecuencias derivadas de ese uso prematuro y descontrolado como por las relativas a lo que dejan de hacer en esas cinco o seis horas diarias pegados a las pantallas (siete u ocho de media los fines de semana).

En algunas localidades se ha pasado de un 100% de alumnos de 2ºESO con móvil a menos de un 20%

En algunos centros escolares vascos, los que más han avanzado, se viene desarrollando una iniciativa piloto, bautizada como Zeos e impulsada por Telmo Lazkano y Maitane Ormazabal, dos de los 50 miembros del comité de expertos convocado por el Ministerio de Infancia y Juventud para “proteger a los menores en el entorno digital”. El programa, apoyado por el Gobierno vasco, incluye formaciones a alumnos, profesores y familias, un trabajo de campo en torno a la salud mental y emocional de los jóvenes, la difusión de compromisos semestrales para atrasar la compra del primer móvil o un experimento, dirigido a alumnos de 4º de la ESO, que contempla el reto de permanecer una semana sin el smartphone.

No obstante, en la mayor parte de localidades que ya están logrando resultados, como en el caso de Zarautz, las dinámicas impulsadas por las familias agrupadas en Altxa Burua se centran en la concienciación, la educación digital y, sobre todo, en la dinamización de compromisos semestrales para atrasar la edad del primer móvil de forma consensuada.

Así lo explica Telmo Lazkano: “La iniciativa se coordina a través de los propios centros escolares y de representantes de Altxa Burua en cada curso. En las reuniones de inicio de curso se comunica en qué consiste este planteamiento, dirigido a retrasar la edad del primer smartphone. A partir de ahí, se dinamiza un documento que las familias pueden suscribir de manera anónima o con nombres y apellidos, y el compromiso se va renovando semestralmente. Los resultados que estamos viendo son increíbles y demuestran que es importante hacer el camino de manera compartida”.

En opinión de Lazkano, experto en la materia y premiado por su impulso al programa No pone challenge , que analizó los sorprendentes resultados en adolescentes que abandonaron una semana los móviles, las consecuencias de este cambio tan ostensible en tan pocos años están siendo notorias y van desde la mejora de la atención o la reducción del cyberbullying hasta su mejor desempeño escolar y a nivel relacional.

En todo caso, aunque es partidario de retrasar la edad del primer smartphone hasta al menos los 16 años, subraya que no es la única clave: “La edad es muy importante. No se puede pedir a un niño un uso responsable de una tecnología diseñada para ser adictiva. Pero más allá de la edad, es imprescindible que en todos los casos se les eduque. Deben saber qué hay detrás de la pantalla para que cuando tengan un móvil sean usuarios y no sean utilizados”.

La batalla por concienciar sobre los peligros de un uso prematuro de los teléfonos móviles y de las redes sociales se libra en varios frentes. 

La iniciativa del comercio local para permitir a los jóvenes utilizar sus teléfonos en caso de necesidad, iniciada en Tolosa, se ha comenzado a exportar a otras localidades vascas y en varios municipios están identificando lugares como parques infantiles o salas pediátricas como territorios libres de móviles. En opinión de Telmo Lazkano, coautor junto a Maitane Ormazabal del libro Las voces del silencio, estos movimientos son necesarios para concienciar de las graves consecuencias de ese uso prematuro: “Si damos un móvil a nuestros hijos no les abrimos las puertas del mundo, sino que abrimos a empresas tecnológicas o a la industria pornográfica la única puerta que tienen para llegar hasta nuestros hijos . Ahí, además, hace falta una legislación frente a sus intereses”.


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Celeste López



Escrito por Mozoilo Irratia

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