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Las monjas rebeldes no se rinden

todayfebrero 17, 2025

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Un grupo de monjas cismáticas que desafían a la autoridad de Roma, un extravagante falso obispo, dos monasterios en disputa y lingotes de oro. La historia de las clarisas de Belorado (Burgos) adquiere un cariz cada vez más rocambolesco según se van descubriendo detalles. Los últimos apuntan a una investigación por parte de la Policía Nacional en torno a la venta de 1,7 kilos de oro por parte de las religiosas.

Desde el Arzobispado de Burgos señalan que han detectado siete facturas de compraventa de oro durante el verano de 2020 por valor de 250.000 euros, una sorpresa más que, no obstante, encajaría con el perfil de la exabadesa, Laura García de Viedma.

Las religiosas se han hecho con una hospedería en Asturias para hacer frente a los gastos judiciales

“En plena pandemia, adoptó posiciones catastrofistas y dejó de confiar en el dinero en los bancos. Hablaba de la tercera guerra mundial y de una catástrofe relacionada con el cambio climático”, explican fuentes que trataron con la exabadesa entonces. La cuestión de la venta de parte de ese oro no es menor porque la abadesa ha podido incurrir en un delito al haber vendido un patrimonio cuya administración no le compete desde que el 22 de junio del año pasado fueran excomulgadas 10 de las religiosas.

“Optaron por salirse de la Iglesia, y fueron excomulgadas. A partir de ahí, la comunidad quedó formada únicamente por las cinco hermanas de mayor edad, y el Papa nombró un comisario pontificio que, temporalmente, hace las funciones de administrador, ostentando el poder de la abadesa”, explican desde el arzobispado.

Tres monjas del convento de Belorado, saliendo del juzgado de Burgos en julio del año pasado. 

Santi Otero / EFE

Este capítulo de los lingotes supone una vuelta de tuerca más a un lío monumental que en su génesis está relacionado con un desencuentro económico-inmobiliario aderezado de algunas pinceladas estrambóticas. Para entenderlo hay que remontarse a otro momento y lugar. En el año 2012, las monjas de Belorado asumen el control del monasterio de Derio, a 10 kilómetros de Bilbao, donde residían monjas de edad avanzada. Se constituye una única comunidad con dos sedes.

Tras una década, sin embargo, las clarisas abandonan ese segundo monasterio alegando entre otras razones que “allí habitaba el demonio”, según han denunciado en un reportaje en The New York Times . “Objetos que se arrastraban por el tejado, bebés que lloraban, risas lúgubres, pasos que iban y venían. Los picaportes giraban con una fuerza invisible. Las luces se encendían y se apagaban. Las tijeras se movían solas por las mesas”, explicaron. Tras consultar con tres exorcistas, en octubre de 2020 abandonan Derio.

De nuevo en Belorado, las religiosas quisieron mantener ese concepto de una comunidad con dos sedes y pensaron en hacerse con el monasterio de Orduña (Bizkaia), abandonado desde hace dos décadas. Para ello debían vender previamente el de Derio. Y es ahí donde rompen con el arzobispo de Burgos Mario Iceta, a quien que le acusan de haber boicoteado la operación.

Desde la Iglesia señalan que las monjas entraron en el monasterio de Orduña tras comprometerse a abonar 1.300.000 euros y pagar un primer pago de 100.000 euros. Desde entonces, sin embargo, habrían fallado en sus compromisos económicos. Las monjas ligan esta incapacidad económica al boicot del arzobispado, aunque desvinculan el enfrentamiento con la Iglesia de cuestiones económicas.

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“Las diferencias son por una cuestión de fe, de diferencias teológicas”, señala de manera escueta una de las religiosas excomulgadas. A la hora de ahondar en el conflicto, no obstante, las clarisas remiten amablemente a Francisco Canals, el responsable de comunicación que han contratado.

“Durante diez años acumularon desencuentros con el arzobispo y, en general, con la Iglesia conciliar. Hay un desencuentro importante por el tema de Derio, pero también cuestiones de fondo, teológicas, en torno a cómo se están gestionando los monasterios o incluso cuestiones de género: ¿por qué los curas cobran un sueldo y las monjas, mientras, se tienen que ganar la vida haciendo lo que pueden?”, explica Canals.

-FOTODELDÍA- BURGOS, 30/05/2024.- El portavoz de las clarisas de Belorado, José Ceacero, muestra la denuncia que las monjas han interpuesto contra el arzobispo de Burgos, Mario Iceta. La exabadesa de la comunidad de clarisas de los monasterios de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia), que el pasado 13 de mayo anunciaron su salida de la Iglesia católica, ha denunciado al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación. EFE/Santi Otero

El portavoz de las clarisas de Belorado, José Ceacero, muestra la denuncia que las monjas interpusieron contra el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, en mayo de 2024. 

Santi Otero / EFE

Este conflicto, de hecho, saltó a la luz pública cuando las religiosas hicieron público un manifiesto en el que arremetían contra la Iglesia y todos los papas posteriores a Pío XII. Era el primer cisma protagonizado por unas monjas en España, la primera vez que unas religiosas promovían una separación. Después se supo que las clarisas se habían vinculado a la Pía Unión de San Pablo Apostol, una secta dirigida por el excéntrico falso obispo Pablo de Rojas, excomulgado por el propio Iceta, y su lugarteniente José Ceacero, conocido coctelero de la noche bilbaína antes que falso cura.

A las religiosas las asiste un falso obispo sedevacantista que considera que la Santa Sede está “vacante”

Las religiosas, sin embargo, terminaron rompiendo con la Pía Unión, echaron al falso obispo del monasterio e hicieron gala de una determinación a prueba de excomuniones. “Son mujeres con formación e intelectualmente muy potentes. Y son muy emprendedoras”, explica Canals.

El último ejemplo ha sido su idea de hacerse con un terreno y una hospedería en Arriondas (Asturias). Allí, tres de las religiosas están poniendo en marcha el “primer restaurante de clausura de la historia”, que junto a otros negocios paralelos les permitirá hacer frente a los costes de los cuatro juicios que tienen por delante.

Tanto estas religiosas como las que permanecen en Belorado están siendo asistidas por el valenciano Rafael Cloquell, un falso obispo sedevacantista que considera que la Santa Sede está “vacante”. Un detalle éste que apunta a que están decididas a mantener el pulso con Roma pese a la amenaza de desahucio inminente.



Escrito por Mozoilo Irratia

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