la serie que casi nadie conoce y que ganó el Globo de Oro

Con Hacks — cuyas tres temporadas están disponibles en Max — ocurre un fenómeno curioso. Durante la mayor parte del año, la producción no parece hacer demasiado ruido en redes sociales ni en la conversación de fanáticos de premisas parecidas. Pero en cada temporada de premios, no solo impone su calidad, sino que obtiene el reconocimiento generalizado de la crítica. Una combinación que la hace uno de los más curiosos fenómenos de la televisión y el streaming en la actualidad.

Pero a pesar de su aparente discreción, lo cierto es que Hacks es una de las series con mayor calidad del catálogo de Max. Mucho más, una que basa su éxito en estupendos guiones y en particular, en la química de su dúo de protagonistas. La historia de Deborah (Jean Smart), una comediante en horas bajas que debe relanzar su carrera y Ava (Hannah Einbinder), la talentosa y conflictiva guionista que le ayuda, es hilarante. Pero también es emotiva y en algunos casos, conmovedora. En especial, cuando el guion de Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky logra explorar en temas más complicados que juegos de palabras. De la vejez femenina, el talento, la ambición y el triunfo, pasando por la necesidad de ser escuchado y comprendido. 

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Hacks combina en el mismo escenario, tanto la capacidad para hacer reír a carcajadas, como una reflexión profunda acerca del triunfo y el trayecto para alcanzarlo. Todo, a través de un argumento que, a lo largo de tres entregas y 27 memorables episodios, ha sabido alejarse de clichés para concentrarse en los elementos más complejos de sus personajes. Por un lado, Deborah, que sabe necesita superar sus temores e inseguridades para brillar de nuevo en el escenario. Al otro, la rebeldía y capacidad subversiva de Ava, que la lleva a enfrentar todo tipo de obstáculos. Juntas, hacen de la producción una curiosa mezcla entre humor sofisticado y un drama elegante que sorprende por su ambición.

Tres temporadas para la historia de la televisión

La serie se estrenó en 2021 y desde sus primeros episodios, sorprendió por su punto de vista acerca del humor. Deborah Vance era un artista de stand-up en Las Vegas que había llegado a un punto de su carrera en que necesitaba renovarse o morir. Una idea que la trama de la serie profundizó y conectó con otros temas más elaborados. El miedo a envejecer, la presión por el triunfo en cualquier escenario y después, el trauma del fracaso y la incapacidad para superarlo, se convirtieron en puntos centrales de la historia. 

A la vez, la ambición por el reconocimiento contemporáneo, encarnado en Ava. La joven guionista, incapaz de conseguir empleo y lograr el éxito, encuentra en Deborah no solo la oportunidad para continuar. También, de comprender hasta qué punto, la capacidad para el triunfo pasa por entender el valor del talento propio y el de otros. Ninguno de los temas es sencillo y Hacks los abordó desde un humor cínico, que permitió seguir el desarrollo de sus personajes desde una óptica distinta. Pero en particular, logró que tanto Deborah como Ava, se hicieran cada vez más complejas. 

Para su segunda temporada, la dinámica se volvió más rica y emotiva. En especial, cuando la forma en que Deborah y Ava aprenden la una de la otra, se hizo más necesaria para comprender la evolución de ambas. Más allá de la trama de la colaboración forzosa que debían sostener, estaba el hecho de cómo evolucionaron en su amistad y en la solidaridad mutua. De hecho, la serie tuvo varios de sus mejores momentos cuando Deborah logró recuperar el impulso para hacer del humor un vehículo para expresar sus sentimientos y esperanzas. 

Asimismo, cuando Ava aceptó que la única manera de crecer y encontrar, finalmente, el reconocimiento por el que tanto había luchado, era continuar en solitario. La segunda temporada de Hacks, sorprendió por arriesgarse a romper el delicado equilibrio entre sus protagonistas, para reflexionar acerca de quiénes son ambas por separado. De modo que Deborah prácticamente despidió a Ava, para permitirle avanzar en su carrera, aún a sabiendas de que eso podía condenar la suya.

Aires renovados para ‘Hacks’

Por lo que Hacks llegó a su tercera temporada avanzando por territorio desconocido. Además, con el reto de tanto rendir tributo tanto a su exitosa premisa central, como en experimentar en nuevos puntos de vista. Algo que la serie logró, al mostrar cómo sus dos protagonistas, sobrevivían al éxito. Un concepto diametralmente opuesto al que la producción había manejado hasta entonces. Más importante todavía, que permitió dar una bocanada de aire fresco a todo el argumento y sus principales preocupaciones.

Hasta entonces, Deborah y Ava habían lidiado con el fracaso, la indiferencia del público y diversos tipos de prejuicios contra las mujeres en el mundo del espectáculo. Por lo que el giro de su nueva entrega, enfocado en las dimensiones más singulares acerca del triunfo, sorprendió. Pero también, permitió a la serie encontrar toda una nueva perspectiva acerca de la búsqueda de ser amado, respetado y comprendido. Todo, con un humor cada vez más sofisticado y enfocado en ser más original que nunca. 

Se trató de un riesgo considerable. Después de todo, hasta ahora, Hacks había reflexionado acerca de dos perdedoras carismáticas luchando por sobrevivir. Pero el giro rindió sus frutos y convirtió a la tercera temporada en un recorrido a través de cómo sus protagonistas crecieron a partir de un salto al vacío. Lo que incluye en el caso de Ava encontrar el amor — o recuperarlo — y en el de Deborah, admitir que necesita a su guionista estrella, a pesar de sus dudas. 

La combinación de nuevos escenarios y puntos de vista, revitalizó la serie y la convirtió, de nuevo, en una brillante forma de abordar la comedia contemporánea. Un esfuerzo que tanto el Emmy como el Globo de Oro, reconocieron durante sus respectivas ceremonias. Pero más allá del triunfo en la temporada de premios, algo queda claro. Todavía hay mucho que contar en el mundo divertido, emocionante y complejo de Hacks.