BERRIAK | NOTICIAS

“Antes las familias me veían como el enemigo, ahora como una ayuda”

todaydiciembre 3, 2024

Fondo
share close

Eran dos menores con mucha falta de higiene, muchos piojos. Le pregunté a una si había visto Bob Esponja en la televisión y dijo: No, no tenemos electricidad. Era invierno, a las cinco de la tarde todos se iban a dormir en un colchón porque hacía frío, sin cenar, sin desayunar”. Ha pasado mucho tiempo, pero la asistente higienista Inmaculada Peredaque lleva 19 años supervisando escolares en BilbaoTodavía recuerdo este caso porque “Le afectó mucho”. “Llamé a la Oficina de Protección Infantil y lo solucionaron rápidamente”dice este profesional, que también ha visto “Hay casos en los que, sobre todo las niñas, tienen cambios de comportamiento muy evidentes, te empiezan a decir cosas y dices: ay, aquí tienes algo”.. Ahí no entro, apoyo, estoy con la chica, pero reporto a los de arriba», explica y aclara que en dos décadas «ha habido pocas veces» que ha tenido que «llamar urgentemente.»

Inmaculado se ha encontrado con situaciones “muy graves” en el ejercicio de su profesiónn, pero en tu día a día te enfrentas a problemas más cotidianos, como liendres, uñas sucias o el mal olor de tus zapatillas. “Detecto problemas de higiene que pueden afectar a las relaciones sociales de los menores con otros compañeros o provocar enfermedades leves y ayudo a las familias a solucionarlos”explica esta bilbaína de 62 años, que estudió Administración y Finanzas antes de orientarse hacia el trabajo social y ahora Se desempeña como higienista en cinco centros educativos en churdinaga y Otxarkoaga.

Su objetivo no es esponjar ni desenredar el cabello, sino “crear hábitos, para que los menores y las familias vean la necesidad de la higiene diariapero no sólo a nivel de salud, sino también a nivel de relación con los demás”, subraya. El mal olor o la apariencia descuidada pueden provocar acoso. “Los niños son muy crueles. Hay niños con muchas deficiencias higiénicas que son líderes y contra los que no lo son, pero contra los que están un poco más débiles sucede entrar a una clase y ver a todos agrupados en un rinconcito y a una niña o un niño solo. ¿Qué está pasando aquí? Simplemente huele mal. Por supuesto que lo he visto. «Para eso estoy aquí, para evitar que lleguen a eso».

Para conseguirlo dispones de un tiempo limitado, entre Infantil y Primaria. “A los 12 años dejan el colegio y les pierdo la pista y todo lo que no he logrado…” dice. La despedida es una buena muestra de la relación que establecen con ella. “En 6° grado les digo: Esta es la última vez que estamos juntos porque ustedes ya van a la escuela. Y me dicen: ¿Y no vienes? «Soy como una silla de colegio, una más. Creen que voy a estar con ellos toda la vida».comenta con cercanía.

Él El primer contacto con las familias es delicado. “Cuando comencé a trabajar me veían como el enemigo, La señora de la bata blanca ve mis defectos y me llama al orden. Tenían miedo: Ay, me van a quitar a mis hijos. Ahora me ven como una ayuda.”, afirma. De hecho, afirma, “muchas madres hoy han sido niñas a las que he supervisado y con las que he hablado de todo: de los niños, de la menstruación… Tienen la confianza de decir: Inma, mis padres están enfermos y tengo que irme. Los niños quedan al cuidado de un familiar. Durante Este mes voy a estar fuera, míralos un poco. Tengo la intención de remediar estas deficiencias.Sí.» Esos y otros, como, por ejemplo, la avería de la caldera de una familia. “Hasta que lo arreglen y tengan agua caliente, aquí tenemos la ducha para cuando la necesiten”.

“No lo viven como un estigma”

En el consultorio médico del colegio Pío Baroja de Txurdinaga, donde hay un baño con ducha, Inmaculada detalla los pasos que da cuando detecta que Algunos escolares no vienen bien arreglados. En primer lugar se comunica al equipo directivo, al profesorado, a las familias y, si es necesario, al médico municipal responsable del área.. Luego se pone a trabajar, intentando implicar a los menores y su entorno. “Si es un problema puntual de falta de higiene y les doy toallas y gel, se lavan, se duchan y se cambian, pero yo no creo ese hábito. Intento que colaboren y traigan sus mochiletas con sus toallas, su muda, su muda limpia, incluso su champú y gel. Aquí también hay uno, pero es para que se metan y en general funciona muy bien”, asegura y recalca que deben “traer una muda de ropa limpia porque a veces no la traen y no es muy ponible”. .”

En su neceser, entre sus herramientas de trabajo, Inmaculada nunca olvida la empatía. “Como tienen que venir a darse una ducha al colegio, lo cual supongo que no es muy agradable, trato de que sea un ambiente divertido y que venir conmigo sea una recompensa”.. De hecho, en muchas escuelas lo es”, afirma. Dos de las chicas a las que actualmente acompaña para limpiarse dan buena cuenta de ello. “Dicen: me voy a duchar con Inma y todos los demás: Jo, que suerte, que nariz. No lo viven como un estigma, sino todo lo contrario. Me aseguro de que sea divertido, les pongo pegatinas en las uñas y si tengo que hacerles una crítica, trato de que la acepten amablemente».

Las críticas a las que se refiere Inmaculada son, por ejemplo, las manos sucias, las uñas que no saben usar las tijeras… “Me ha pasado que dos hermanas estaban duchándose y al salir una de ellas me dijo : Me duelen los dedos. Miro sus pies y le digo: Cariño, ¿pero estas uñas? Ven que les voy a cortar y dice: Ah, pero ¿te cortas las uñas de los pies? Yo digo: Bueno, por supuesto, Te voy a enseñar para que puedas hacerlo tú mismo. o para que puedas decirle a tu hermana o a tu madre que te ayude y no esperar a que se te rompan los zapatos”.

En otras ocasiones el problema no es la longitud. “Niñas de ocho años vienen a mí con uñas postizas. Si son de los que se hacen con una bombilla, y luego la arrancan, se dejan las uñas… A mí me cuesta mucho, pero les digo: os habéis arruinado las uñas, les pongo unas pegatinas y un poquito de endurecedor y, como brilla, «les gusta», dice Inmaculada, que busca sus trucos para cada ocasión.

“Los piojos causan mucha alarma”

Cuenta impecable que «Un tema que causa mucha alarma son los piojos, aunque si un niño los tiene ocasionalmente no supone ningún problema de salud». Cuando los detecta en la cabeza de alguien habla «con las madres o abuelas de los menores, que son las encargadas» y actúa como apoyo para ellos. “Tengo desenredante, les humedezco el pelo y les recojo las liendres y así compruebo el grado de pediculosis que tienen y les ayudo a terminar de quitar las liendres, que cuestan más”, señala.

Otras veces los invita a venir a la escuela. “Les digo que vengan con la niña y entre los dos le damos una sacudida. Buscamos trucos. Pasan la liendre y dicen: Ya está.. Yo digo: No, tienes que hacer una palmera, le pones el pelo encima, sacas cuatro mechones y pasas. Os cuento que también lo hice con mis hijas”, reconoce con esa naturalidad con la que aconseja una amiga o una vecina. “Esa es mi forma de ser, Quiero que me vean como un apoyo”.

Sus recomendaciones no sólo llegan a las madres, sino también a algunos andereños. Como, por ejemplo, no matar un piojo a cañonazos. “A veces me dicen: le vi una liendre a mi hija y la atendí. Yo digo: El tratamiento es agresivo, es para cuando sea necesario. Si has visto un piojo o una liendre, lo quitas y no tienes que hacer nada más”.

Madres jóvenes con muchos hijos.

Inmaculado Cada mes intenta revisar a todos los menores que le asignan “aunque sean sólo cinco minutos”. Son suficientes para que él sienta que algo no está bien. “A los mayores los saco de clase y tengo la vista entrenada. Está mirando y diciendo: Algo está pasando aquí. Les pregunto: ¿Qué habéis hecho este fin de semana? y te dicen: Mi madre no está. Y dices: Ah, pues esto pasa. Cada niño es un mundo. e intento apoyarlas lo mejor posible en todo momento», afirma esta asistente higienista, que se da cuenta enseguida si la madre falta, ya sea «por enfermedad o porque la abuela se ha puesto enferma en Burgos y han ido a cuidarla». de ella.»

A veces la falta de higiene tiene que ver con factores culturales. “Ahora cada vez menos, pero antes estaba el tema de no lavarse durante la menstruación. Hemos luchado mucho con eso porque son creencias muy arraigadas y en ciertas etnias más”, afirma. Además, señala, “Hay mucha inmigración y muchas veces los hábitos que tienen son normales y aquí no”. en esos casos Intenta, “siempre con mucho respeto”, solucionar las deficiencias. “Los niños son mis aliados porque no quieren destacar por nada malo. No quieren que su pareja les diga: Este huele mal, éste tiene piojos… Lo que hemos trabajado con las zapatillas, el olor de pies, es terrible», atestigua.

La convivencia de muchas personas bajo un mismo techo tampoco facilita una buena higiene. “Lo mismo es el matrimonio, ocho hijos, los abuelos, luego viene el tío de no sé dónde o los mayores se casan y, en lugar de irse, traen a su pareja y tienen hijos. Nadie tiene casas de 150 metros cuadrados en Otxarkoaga. Les preguntas cuántos baños tienen y te dicen uno. No para ducharme, sino para orinar”, detalla. “Antes encontré casas donde vivían muchos niños y la bañera, de esas chiquitas, era para meter la ropa sucia. Y dices: A ver ahora cómo hago esto. Hablo con las madres y me dicen: De vez en cuando… Como ahí no van a poder hacer nada, para eso estoy yo”, ofrece. Y los niños encantados. “Les gusta mucho que el agua caliente sea infinita. Si son cinco hermanos, el último…”, deja al aire.

Además, Hay “madres muy jóvenes que tienen muchos hijos y que no ven la necesidad de la higiene. EntoncesSí, ahí está el gordo de la bata blanca contándome qué pasa». recrea Inmaculada, que rescata el caso de unas niñas que hace muchos años fueron a darse una ducha. “Les dije: si les gusta, ¿por qué no se bañan en casa? Y me dice: El gas es para comer, no lo podemos gastar en agua caliente. Ahora los servicios sociales apoyan más y esto cada vez pasa menos, pero sigue pasando», advertir.

Por último hayLas rabietas de los más pequeños. “No quieren ducharse y llorar. Y tu madre te dice: Ay no, llora y tienes que explicarle que tú eres el adulto y esto no puede ser.. No hace mucho la madre de una niña dijo: Te lo deja a ti. Si el niño no quiere, le das una jarra y un balde. Es que llora. Ahora mi nieto también y yo le digo: cariño, tienes que lavarte, tienes que oler a rosas”.

Escrito por Mozoilo Irratia

Comentarios de las entradas (0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi Amanecer

access_time05:00 - 08:00
0%